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Para qué sirve la Fe - Comunión entre Fe y Valores-1
Martes 20 de Agosto

                                                Para qué sirve la Fe

                 Cada vez hay más acercamiento entre la Ciencia y la Fe, así mismo entre la Fe y el Humanismo, y entre la Fe y los Valores Universales. De hecho, en la universidad de Navarra, España, existe un departamento llamado Ciencia y Fe, y un sacerdote jesuita es Profesor de astrofísica en una Universidad de Estados Unidos.

            La fe también ha evolucionado con el desarrollo de la Teología y las Ciencias Sociales, por lo que se podría hablar de una “Fe sana”, que es racional, consiente, informada, consecuente y proactiva en beneficio de la sociedad en general y de las personas en lo individual, mejorando su calidad de vida.

          La Fe no solamente promueve el amor al prójimo, sino que ayuda a vivir más feliz. Una Fe sólida, con conocimientos y fundamentos bíblicos, nos da la certeza de vivir, de ser parte de una existencia creada y planificada por un Ser maravilloso. Entonces ya no se trata de “creer” en Dios, sino de conocer a un Padre con corazón de Mamá, a un Amigo fiel, a uno que es todo Amor, todo Belleza y todo Justicia. Porque cuando se entiende la lógica perfecta del Bien y el Mal, del Dolor y la Dicha, de la Salud y la Enfermedad, de la Vida y la Muerte, se nos abren los ojos, y la luz se enciende para mostrar la figura reluciente de aquel que es la Plenitud del Amor.

                 Entonces, como un enamorado correspondido, como un niño reencontrado, la gratitud no tiene otra alternativa que volverse alegría y amor. Es cosa de recordar cuando estuvimos enamorados…enamorados… ¡Qué fácil se hace amar a todo el mundo! ¡Nadie es antipático! ¡Las flores son hermosas! ¡Cada mañana es una fiesta de colores y aromas deliciosos! “¡¿Quién necesita algo?! ¿A quién puedo ayudar?”. El enamorado correspondido no tiene otra opción. Su corazón está tan lleno de gozo y placer, que lo único que quiere hacer, y sin ningún esfuerzo, es amar y servir. Es lógico, el amor lo ha transformado todo. Por eso es que no hay mejor medicina que sentirse amado. ¡Pero amado así! ¡Incondicionalmente! Sin medida. Sin condiciones. Y para siempre. 

                 Es por esta razón que la Madre Teresa de Calcuta, Santa Teresa de Calcuta, cuando se le preguntaba de dónde sacaba la fuerza para hacer tantas obras de caridad y tan difíciles, apuntaba con su dedo al cielo y decía: “De Jesús”. Ella contaba algo que sorprendía a sus oyentes, pero que ilustra muy bien el valor de la de la Fe. Decía que no se levantaba con ganas de atender leprosos, y que no se levantaba sintiendo amor por los leprosos, ya que eran complicados, malhumorados y muy hediondos.

                  Y aquí viene lo interesante. Ella confesaba que empezaba a amar a los leprosos cuando comulgaba con Jesús, cuando estaba en intimidad con él. Allí la Santa recordaba quién era ella y el inmenso amor que Dios le tenía. Al recordar que Dios, quien es todo ternura, todo amor y todo misericordia, la amaba a ella, incondicionalmente, se volvía a sentir enamorada… Y ya sabemos lo que ocurre con el enamorado o la enamorada correspondida: solo desea, como por arte de magia, nada más que amar y servir con alegría. Entonces, y solo entonces, la Madre Teresa, empezaba a recoger moribundos, atender enfermos y limpiar leprosos, con tanto Amor.

                Bueno, esto mismo ocurre, grados más grados menos, con todo cristiano que investiga y descubre, entre las páginas de la Sagrada Escritura, la lógica implacable de la maravillosa existencia y amor de Dios. Ha sido nuestra experiencia, que una Fe Sana es fuente de valores humanos, porque cada vez que nos reunimos en el nombre de Jesús, a leer la Palabra de Dios, o a celebrar la Eucaristía, sentimos esa dulce y misteriosa presencia que nos va llenando de alegría, y que nos mueve, inevitablemente, a comprender, a perdonar, a agradecer y a servir.

 

                   Recomendación: “El valor humanizante de la Oración”, Padre Ignacio Larrañaga, fundador de los Talleres de Oración y Vida. (Charla disponible en YouTube)

                                                                                                                                               Un saludo fraternal, Guido Pallavicini Z./ Catequista.