El Concepto es Regalo. Por eso creado y presentado para Regalar

La Fortaleza - Comunión entre Fe y Valores-2
Sabado 31 de Agosto

                       ¿QUÉ PASÓ CON EL PERRITO QUE SE COMIÓ UNA HOSTIA?

                         En una clase de liturgia el Profesor preguntó a los estudiantes: ¿si una familia tiene un perrito muy querido y que sólo le falta hablar, y están participando de una misa, y el perrito se levanta y va a comer una hostia que cayó al suelo, ¿podemos decir que el perrito comulgó? Consideren, dijo el Profesor, que la hostia ya estaba consagrada, y que el perrito es una criatura con vida, creada por Dios. Varios alumnos respondieron que sí había comulgado, y otros tantos dijimos que no había comulgado. Después de discutir un rato el Profesor dijo que la respuesta correcta es que el perrito no comulgó, porque no sabía lo que hacía, es decir, no tenía conciencia de lo que estaba haciendo. Dicho esto, el Profesor concluyó: “Cuidado, sepan que todo católico se puede convertir en un perrito comiendo hostias”. Interesante, pensé yo. Un poco exagerado, pero interesante.

            Bueno, perritos más perritos menos, la moraleja de la historia es: Si queremos tener una Fe sana, madura, adulta, tenemos que conocer, saber y entender en qué creemos y por qué creemos. Este es el primer motivo que justifica el estudio, la teología, y nuestro Blog. El segundo motivo, y el más importante, es que la verdad y el conocimiento de Dios, nos hacen más libres, más humanos, y más felices.

 Aquí, lo importante y el “Valor” que está en juego, no es simplemente el estudio, sino la fortaleza. A esto se refería Jesús, cuando dijo: “El que conoce mis palabras y las pone en práctica, es como un hombre sabio, que construye su casa sobre roca firme; viene la tempestad y su casa no se derrumba.”  Entonces debemos saber y enseñar a nuestros hijos que esta sabiduría se construye ladrillo a ladrillo, y que estos pequeños esfuerzos nos permitirán enfrentar las dificultades de esta vida y de este mundo, con más tranquilidad, confianza, optimismo y hasta alegría.

                En la práctica, todo lo anteriormente dicho se puede lograr con el aprendizaje constante de la Palabra de Dios, (Sagradas Escrituras), y el Magisterio de la Iglesia, que son sus experiencias y enseñanzas a lo largo de la historia del cristianismo, desde los primeros apóstoles, hasta nuestros días. Esto incluye a hombres y mujeres, discípulos de Jesús, abiertos a la acción del Espíritu Santo, que nos permiten, por Gracia de Dios, conocer Su Voluntad, Sus designios y Su Plan.           Apoyados en estos dos pilares, podemos asegurar que Dios se ha mostrado a sus hijos con hechos concretos, históricos y verídicos descritos a modo periodístico en todos los libros de la Biblia y en la Historia de la Iglesia. Es fundamental, en este punto, dejar bien en claro que ni la Biblia fue escrita por hombres, ni la Iglesia fue creada por hombres. Así como los periodistas no escriben las noticias, sino que las describen, del mismo modo los libros de las Sagradas Escrituras narran y describen lo que Dios ha hecho y dicho. Y lo mismo cuenta para la Iglesia. Recordemos que Jesús dijo: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré MI IGLESIA. Y las puertas del Infierno podrán contra ella”. (Mateo 16,18). Otra vez la Fuerza y la Fortaleza. Es la certeza de saber en lo que cremos lo que nos hace fuertes. Somos la iglesia de Jesucristo, iniciada con la llegada del Espíritu Santo. Si bautizamos a nuestros hijos es porque el mismo Jesús dijo : “Vayan por todo el mundo y bauticen en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. (Mateo 28,19) Así se entiende mejor el Salmo que dice: " El Señor es mi fortaleza. ¿Quien me hará temblar?

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 Recomendación: Un libro que goza de gran prestigio en la comunidad pedagógica católica: “La Opción Creyente”, Antonio Bentué, Profesor de Teología de la Universidad Católica de Chile.

                                                                                                                                                                                                                                                                Un Esperando estemos en comunión fraternal, los  saluda. Guido Pallavicini Z.  / Catequista.